jueves, 27 de junio de 2013

La química del Baloncesto

ÍNDICE
1. Componentes 

¿Sabéis? La línea que separa el  éxito del fracaso es muy fina. ¿Qué es lo que hace que acabes triunfando o fracasando?  ¿Qué hace que equipos mediocres den buenos resultados y equipos fantásticos den pobres resultados? Intentaremos arrojar un poco de luz, pero, en mi cabeza resuena una palabra: Química.

El término “química” tiene que ver con los dimes y diretes del vestuario, con la sensación de comodidad, de sentir <<feeling>> con tus compañeros. Aquello que cantaban los Black Eyed Peas, de que tonight's gonna be a good night. [Esta noche va a ser una buena noche].





Pero, ¿cómo generar esa química? - Estamos hablando a nivel sensorial, de sentir confianza en el grupo, de remar todos hacia el mismo lado, de ir todos a una y permanecer unidos, es decir, ser un grupo cohesionado. Además, trabajar en equipo significa que todos y cada uno de los componentes asume y acepta el compromiso común y colabora de forma complementaria en el logro de los objetivos que se persiguen.




1. Componentes 

Estos desempeñarán roles dentro y fuera de la cancha. Para que un equipo funcione, es de vital importancia la aceptación de cada persona a su rol específico. Tiene que haber una sintonía con los compañeros y comunicación con el entrenador, orientando a sus jugadores, además de dar ejemplo en las consignas que promulga, clarificando cada uno de los papeles a desempeñar. Así pues, en esta labor de ocasionar el clima perfecto, la figura del entrenador se antoja imprescindible.
Si esto se consigue, habremos conseguido una unión, difícil de romper, es decir, un verdadero EQUIPO.

No quería acabar pues esta breve reflexión, sin antes mencionar a uno, si no el más, célebre deportista de todos los tiempos, Michael Jordan, que en su libro mi filosofía del triunfo formula esta famosa cita:


“El talento gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos”.



martes, 25 de junio de 2013

Vladimir Lucic y la conexión partisana con La Fonteta

Alero. Esa posición a la que no nos tenía demasiado acostumbrados el Valencia Basket ya tiene uno de los dos puestos cubiertos. Como todo el mundo sabrá, Vladimir Lucic (24 añitos, 2'02 metros) se convirtió ayer en el primer fichaje oficial del conjunto taronja una vez que a Thomas Kelati (un escolta jugando en la posición de 3, jamás me cansaré de repetirlo) se le invitó a salir del pabellón de La Fonteta por la puerta de atrás. Antes de entrar en cualquier valoración sobre el nuevo jugador, debemos alabar la capacidad de autocrítica de la entidad valenciana: no más inventos, no más pruebas en una rotación de aleros que ha sufrido la sombra alargada de Claver durante los últimos años…y que ha tardado un par en sobreponerse a su marcha hacia la NBA. ¿Incluyo este año que viene como pasado? Sí, veremos.

Lucic ni es el nuevo Claver, ni tampoco es el nuevo Marko Keselj. Una declaración muy gratuita a la par que innecesaria y evidente, pero que viene bien para situarnos en el contexto del jugador. No esperen un tipo que disfrute jugando al poste bajo, pues Lucic es un alero que vive exclusivamente del juego fuera-dentro. Los dos jugadores mencionados antes podrían entrar en esta etiqueta, pero las diferencias son evidentes. El serbio es un prototipo de jugador atlético, fibroso, con unas manos exageradamente grandes (para un alero) que le permiten penetrar con confianza hacia el aro, pero que jamás intentará encararlo de espaldas. En Partizan ha tenido que tomar las riendas de un equipo con demasiados problemas económicos como para intentar buscar calidad lejos de su propia cantera, como si está ocurriendo con el otro conjunto de la ciudad de Belgrado, el Estrella Roja. 

Con Vujosevic confirmando que es un alero (el debate del 3-4 se extiende más allá de jugadores pelirrojos) ha multiplicado los minutos hasta ser uno de los jugadores más utilizados en la fase regular de la Euroliga de la temporada pasada. Algo habitual para cualquier miembro de Partizan. Llegar, crecer de golpe y asumir responsabilidades, no importa la situación deportiva del equipo o la calidad del jugador. Los hay que salen buenos y se comen el mundo (Pekovic, Velickovic en sus inicios) y los hay que se estancan de mala manera (Uros Tripkovic -que me perseguirá toda la vida- o Milenko Tepic). Así pues, Lucic ha protagonizado grandes números tanto en las competiciones domésticas como en la Euroliga pese a no ser un primer espada en un equipo pobre, pero que le ha dado por partida doble a su eterno rival. Es más, es un jugador que se siente más cómodo en el lado débil, esperando el balón doblado para poder jugar un uno contra uno en el que generalmente siempre saca ventaja debido a su capacidad para penetrar y una habilidad innata para levantarse de tres aunque tenga el defensor encima (tiene unas piernas prodigiosas).

La buena noticia para el Valencia Basket a nivel ofensivo es que es un jugador capaz de crearse sus propios tiros y que será útil cuando el equipo esté atascado. No es un tirador muy fiable, aunque esa capacidad de salto hace casi imposible puntearle el tiro de tres y cuando está en racha es capaz de enchufar muy bien. Además, tiene un primer paso extraordinario que le permite un rango de opciones mayor que el de otros jugadores, aunque es de esos locos que prefieren atacar el aro con agresividad. Esa sensación de carácter se aviva más cuando uno busca fotos de Lucic y solo se encuentra con alaridos del jugador y celebraciones de cada canasta. Nuestro pabellón no es el Pionir, pero si se gana esa conexión con la grada tendrá parte de la aclimatación a la liga ganada.

En defensa pierde cualidades, pues es fácil de rebasar y siempre confía en su capacidad atlética para recuperar yendo al tapón o al robo, lo cual en España no será suficiente, pero que allí le ha valido para ir avanzando e incrementar números. Imagino que Perasovic tiene la tarea de inculcarle que baje el culo en cada posesión rival grabada a fuego, por lo que no nos tiene porqué preocupar si Vladimir llega aquí con ganas de progresar, cosa que otros no hicieron (eh, Marko?!).

La conexión con Partizan (además de que mola, da rendimiento)


Lucic persigue la estela serbia de un Valencia Basket que jamás cerró sus puertas a esa nacionalidad. Durante las dos últimas temporadas pasaron por La Fonteta Stefan Markovic y Marko Keselj, pero antes lo hicieron Dusko Savanovic, Kosta Perovic, Dejan Milojevic, Vule Avdalovic, Igor Rakocevic y una lista de jugadores balcánicos de procedencia serbia que se prolonga ininterrumpidamente desde el año 2002 (si tomamos a Dejan Tomasevic como yugoslavo y no montenegrino). Se dice muy pronto, pero las casualidades no existen. De todos ellos, los tres últimos que nombro tienen la conexión Partizan-Valencia grabada a fuego (bueno, Perovic antes de presentarse en un yate bailó con los Warriors un rato). La cantera del equipo serbio no deja de producir jugadores en cantidades industriales y parece que el Valencia Basket quiere volver a pescar ahí.

Lo cual transmite una sensación de que el VBC ha dado un salto cualitativo a la hora de buscar refuerzos. Independientemente del nivel jugador, no es lo mismo cazar en el Buducnost que en el Partizan, cuyo escaparate es uno de los más visitados de todo el continente. El hecho de que esa tradición serbia se mantenga indica también que los jugadores han salido potables. De todos los que vinieron de Partizan, quizás el que tuvo un impacto mayor fue Vule Avdalovic. No vamos a comparar un base con un alero, pero los números que ofreció el Cacak en su último año antes de dar el salto a la ACB son parecidos a los de Lucic: si Avdalovic pasó en un año de valorar 5.09 puntos de ranking a quedarse en 17.6, Lucic ha hecho una cosa parecida, pasando de 3 a 14.9 puntos de valoración. Además, ambos aterrizaron en Valencia con 24 años. No tienen nada que ver, pero comparten cierto background

El nivel que sea capaz de mostrar Lucic en el equipo dependerá del rol que se le asigne y la paciencia que tenga la cúpula taronja. Pero proyecto de jugador hay. Como con todos los jóvenes, PACIENCIA.

sábado, 30 de marzo de 2013

Sobre Luka Doncic, Eslovenia y el Valencia Basket

La semana que nos deja atrás tiene un nombre propio que ha arrasado en el Campeonato de España infantil. Sí, Luka Doncic, el chico maravilla que consigue unos números que recuerdan más al 2k de turno que a una competición de formación y que ha conseguido llevar a Madrid al título por encima del "canario" Khadim Sow (desde luego, todo queda entre españoles). 24 puntos, 9,2 rebotes, 7,3 faltas recibidas y 33 de valoración de media…ahí es nada.

Resulta que el chaval de 14 años del Real Madrid, que también llevó a su equipo a pasearse en la Minicopa, es esloveno. Gran país de tradición baloncestística, pero carente por lo general de algo que sí tuvieron sus vecinos croatas y serbios hasta que apareció Milenko Tepic: sangre. Bueno, mejor dicho, la sangre y la calidad se reparten mal por algún motivo. Los buenos son endebles y los malos, luchadores. Y es que encontrarse con un jugador de allí que tenga carácter ganador de verdad es como ver a Perasovic contento y, a bote pronto, la lista de medallas conseguidas por la selección eslovena nos da la razón. Quizás esto deba cambiar con el Eurobasket de 2013 y con la erupción futura de Doncic, pero…¿tendrá la suficiente sangre el chaval como para ser algo más que bueno? Paciencia.

Jugadores eslovenos de raza contrastada, decisivos y con metales en la última década solo encuentro dos: Matjaz Smodis y Erazem Lorbek. El primero, retirado del baloncesto, dejó destellos de clase en el CSKA cuando más importaba a pesar de tener un físico pachanguero. En serio, no he visto jugador con unos brazos menos definidos. Lorbek tuvo la oportunidad de irse a la NBA, pero prefirió Barcelona y no ha vuelto a recuperar el nivel de los últimos años (tampoco ayuda estar al lado de Tomic, que le quita espacios vitales), aunque es un jugador con la clase y las agallas necesarias para machacarte en cualquier momento dado (léase cuartos de final de la Copa del Rey 2013).


Sin embargo, Eslovenia representa la colonia más grande per cápita de jugadores NBA que hacen buenos números y pasan desapercibidos: Goran Dragic, Primoz Brezec y compañía. Sí, Dragic es un buen jugador con grandes números en la liga, pero que apenas ha demostrado nada en el baloncesto europeo. Calidad tienen de sobra, el carácter es lo que se pone en duda. Quizás abuse del estereotipo, pero los Nesterovic, Begic, Nachbar, Slokar y compañía han hecho un daño muy grande al baloncesto esloveno. ¡Qué aficionado no hubiera bajado a pegarles un sopapo para que despertaran de una maldita vez!

Quizás tenga algo que ver la falta de competitividad de sus equipos domésticos. La liga Adriática es un coto privado por el que difícilmente se asoma ningún equipo esloveno principalmente por problemas económicos (por ejemplo, el Helios Domzale, una potencia allí, tiene el mismo presupuesto que Valladolid de aquí). Además, parece que para que triunfen en Europa tiene que aparecer el Valencia Basket. No es coña. Los dos últimos equipos que han conseguido ir más allá en aquel país desde que el Olimpija del maestro Zmago Sagadin se colara en la Final Four de Roma 97 (¡¡con el cabra loca de Marko Milic rompiendo un tablero con un mate!!) se cruzaron con el equipo taronja en sus trayectorias. Hagamos memoria:

Posiblemente el mejor "equipo" esloveno de la década (subjetivo a más no poder) fue el KRKA Novo Mesto de la 2002/03. A las órdenes de Neven Spahija, era capaz de destrozarte en 20 minutos de acierto en el diminuto Leona Stuklja, un pabellón encerrona del que pocos equipos consiguieron salir vivos. La dirección un pelín anárquica de Sasa Capin, el tiro exterior del letal Slavsko Duscak y los movimientos interiores del fantástico Jamie Arnold valieron para alcanzar la final de la Copa ULEB ante el Pamesa, que con Tomasevic y Oberto a todo ganas, fue demasiado para un equipo que lo era de verdad y que un año antes de la mano de un tal Jaka Lakovic se había cargado al Real Madrid en Euroliga (el base hizo 38 puntos, 4 triples, 7 asistencias, 4 recuperaciones, 15 faltas recibidas y 55 de valoración en el Saporta).

El Union Olimpija de la temporada 2010/11 es el último en salir a flote. Quizás no tenía ninguna estrella consolidada, pero sí otro pedazo entrenador en Jure Zdovc, posiblemente el mejor esloveno de los últimos 30 años. El debut de Pesic fue en el entonces recién estrenado pabellón Stozice, pero en la vuelta el equipo valenciano ganó con un triple de Savanovic. Los eslovenos no avanzaron más allá del Top16, pero hicieron una primera vuelta de libro con gente repescada del inframundo como como Kenny Gregory o Kevin Pinkney y jugadores que hicieron su agosto como el cuatro tirador Goran Jagodnik (jamás se le vio a ese nivel) o Sasa Osbolt, el peor parado al recibir un pisotón descomunal de Mike Batiste. Ese partido en Ljubljana contra el Panathinaikos sigue estando en la memoria.


Precisamente, el Valencia Basket se despidió de la Eurocup esta misma semana. A la vez, surgen los rumores de que Perasovic les explota mucho y que se lesionan por eso. Venga va. Eso va tan unido a la mentalidad de Perasovic como sus aspavientos. Muchas veces he pensado en qué hubiera sucedido si en vez de cualquier otro entrenador el Valencia Basket hubiese ido a por el propio Jure Zdovc. Balcánico, meticuloso, pero mucho más calmado que los Pesic, Perasovic y compañía. En resumidas cuentas, un esloveno.

Contra eso es lo que tendrá que luchar Luka Doncic para recuperar la palabra Zmago al diccionario esloveno, si no lo hacen sus antecesores en su Eurobasket este mismo año (los anfitriones se la han pegado siempre desde la plata de Turquía en 2001, léase Serbia en 2005, España en 2007 o Lituania en 2011). Pero para eso deberá pasar un tiempo en el que su entorno deberá protegerle de las enormes expectativas y elogios que despierta. La verdad es que Luka tiene el mejor espejo en el que mirarse, un tal Nikola Mirotic. Humilde, bueno y con futuro, lo único en lo que se equivocó fue en privar a Montenegro de un juego interior con él, Dubljevic, Vucevic y Pekovic. Acojonante hubiera sido, ¿eh?

Es posible que el futuro del baloncesto europeo se gire a estos países. Al menos, este verano lo hará a Eslovenia seguro.

PS: ah, y no me quiero olvidar de Miha Zupan. Si la mitad de los jugadores eslovenos le hubieran puesto los mismos cojones que él, serían ahora campeones de Europa.

PS2: Le doy las gracias a Hugo por poder publicar la entrada. Espero estar de vuelta con más sinsentidos.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Due palle cosí

¿Sabéis? Normalmente, la vida te ofrece situaciones donde tienes que ofrecer lo mejor de ti, dar el 100% de tus posibilidades, es decir, actuar con due palle cosi, tienes que echarle un par de pelotas, para obtener un resultado satisfactorio.
Esto es, condición NECESARIA, pero NO SUFICIENTE. Ayer, se volvió a demostrar. Dos equipos, dándolo todo, pero con resultados bien distintos.


  • España se jugaba su clasificación directa para Brasil 2014 en tierras galas, en el estadio Saint Dennis, inhóspito dónde los haya, pero cosechó una victoria que bien vale una clasificación para un Mundial.

  • Caso bien distinto es el del Valencia Basket, que luchó hasta el final, pero
     acabó quedándose a las puertas de su segunda final consecutiva de Eurocup, en Charleroi. Habrá que seguir remando si se quiere conseguir ese goloso premio que supone competir en la Euroliga el año que viene ¿Tarea  (im)posible?

 Quién sabe, lo que está claro es, que sin ese punto de valentía que viene a significar la expresión "due palle cosí", que bien aprendí de un gran comentarista, parece impensable llegar a ningún objetivo, no sólo en el deporte, si no también en la vida.


lunes, 25 de marzo de 2013

Bloggeando y tal...


- ¿Sabéis? Nada de párrafos, sólo quiero compartir algo: Tres pequeñas frases que te ayudarán a lo largo de tu vida (y en el baloncesto):

 1- ¡Cúbreme!
2- ¡Buena idea Jefe!
3- Estaba así cuando llegué.






 

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